Por: Ps. Samuel Hurriola.
Hay parejas que se aman. Pero discuten una y otra vez por lo mismo. No importa cuántas veces lo hablen: vuelven al mismo punto.
Y lo más frustrante… es que no entienden por qué.
Comparten la casa, la rutina, incluso los hijos. Pero ya no se sienten equipo. Hablan sin escucharse. Se hieren sin querer. Y cada conversación termina alejándolos más, y no es que no haya amor. Es que no hay un idioma en común.
El problema no es lo que pasó. Es cómo lo seguimos contando.
Porque no es solo el conflicto. Es la historia interna que cada uno se cuenta para poder entender lo que ocurrió. Una historia que duele, que se repite, que no encuentra respuesta.
Desde la neurociencia emocional sabemos que: El lenguaje no solo describe lo que sentimos… lo crea. Eso significa que cada versión de los hechos -aunque tenga sentido- se vuelve un mundo emocional distinto.
Cuando hay dos relatos opuestos y ningún puente, la pareja se convierte en dos mundos que ya no se tocan.
Como decía el biólogo chileno Humberto Maturana, Premio Nacional de Ciencias: “No existe una verdad única en una relación.”
Cada persona vive su propia realidad. Y aunque ambas sean válidas, también pueden separarlos si no logran integrarlas.
INDICE
¿Por qué seguimos peleando si aún nos amamos?
El problema no es lo que pasó. Es cómo lo seguimos contando
¿Qué es un relato común, y por qué lo cambia todo?
El camino hacia un nuevo relato común: las 4 etapas
I. Etapa 1: El día que dejamos de ser un equipo (aunque aún vivamos juntos)
II. Etapa 2: Todavía hay algo que nos une, aunque no sepamos cómo volver ahí
III. Etapa 3: Reconstruir el “Nosotros”: El Relato Común
IV. Etapa 4: ¿Y ahora qué? Convertir el cambio en una forma de amar
¿Por qué esto es diferente a la terapia convencional?
¿Y ahora?
¿Qué es un Relato Común
y por qué lo cambia todo?
El relato común no es una historia inventada ni una solución rápida.
Es esa historia que pueden reconstruir juntos. Una narrativa donde ambos se sientan escuchados, vistos y validados.
Porque cuando existe una historia compartida, es más fácil decidir juntos, cuidarse mejor y dejar de sentirse en bandos opuestos.
Es como cambiar el idioma en el que se discute… para poder empezar a dialogar otra vez.
No se trata de borrar el pasado. Se trata de resignificarlo, y desde ahí, volver a ser equipo.
Cuando las parejas construyen un relato común:
· Dejan de discutir sobre quién tiene la razón.
· Comienzan a hablar de lo que les pasó a los dos.
· Recuperan el “nosotros” que se había perdido.
Incluso la neurociencia hoy nos muestra que, cuando usamos nuevas palabras para hablar de nuestras emociones, nuestro cerebro también cambia la forma de sentir.
Una conversación distinta puede calmar el cuerpo, abrir el corazón y renovar la conexión.
Porque el amor no se pierde de golpe. A veces solo necesita una forma distinta de contarse.
El camino hacia un nuevo relato común
Después de escuchar la misma frase una y otra vez —“hablamos… pero siempre terminamos peor”—, empecé a notar un patrón.
Con el tiempo, fui armando un camino en mis sesiones de terapia de pareja, que no busca forzar decisiones, sino ayudarlos a reencontrarse desde un relato nuevo.
Uno donde ambos puedan sentirse vistos, sin seguir peleando por quién tiene la razón.
Este enfoque tiene cuatro etapas, pensadas para ayudarles a reconstruir un vínculo emocional real en pareja.
No para volver al pasado, sino para crear una nueva forma de encontrarse.
Etapa 1:
No siempre hay una infidelidad o una gran pelea. A veces el quiebre es una acumulación de pequeñas decepciones, un gesto que faltó. Una palabra que dolió. Un silencio que pesó más que una discusión.
Ese es el punto de quiebre emocional, el momento en que dejamos de sentirnos equipo… y empezamos a funcionar como compañeros de casa que solo intentan llegar al final del día.
No siempre lo vemos venir.
Pero sí sentimos su peso: cada vez que intentamos conectar… y ya no sabemos cómo.
Pregúntate:
¿Cuándo dejamos de mirarnos como aliados?
No es para buscar culpables. Es para ponerle nombre a lo que dolió, y empezar a sanar desde ahí la relación.
A veces es evidente. Otras veces, es como una luz que se apaga de a poco… y no sabemos en qué momento dejó de brillar nuestra relación de pareja, o simplemente no sabemos ponerle fecha al quiebre… pero igualmente lo sentimos.
Y cuando eso pasa, una mirada externa puede ayudar a nombrarlo, sin juzgar, para no seguir perdiéndose en lo mismo.
En esta etapa es importante:
· Nombrar el quiebre sin culpables.
· Reconocer la desconexión como un síntoma, no como un final.
· Abrir el espacio emocional para lo que viene.
Etapa 2:
Cuando cada uno vive su versión, todo se vuelve un monólogo.
Y sin querer, el otro se convierte en un adversario emocional.
Pero muchas veces, debajo del reproche, está el mismo dolor:
Por ejemplo; miedo, soledad, o quizás la sensación de no ser suficiente.
El segundo paso es descubrir que, aunque dolió diferente, ambos sufrieron.
Y que tal vez, eso los puede volver a acercar.
Identificar las emociones compartidas, permite reconstruir la conexión desde un lugar más humano y empático, permite construir una conversación real, que nos acerca a ser equipo nuevamente.
Y esto no se logra con cualquier conversación. Porque hablar sin cuidado también puede herir. Por eso, este es un paso que necesita espacio, tiempo… y muchas veces, ayuda.
Pregúntate:
¿Qué emoción crees que sintió el otro… aunque no la haya dicho?
¿Podrían dejar de competir por quién sufrió más?
En esta etapa es importante:
· Explorar las emociones subyacentes
· Validar sin descalificar
· Encontrar puntos de dolor que los unan, en lugar de dividirlos
Etapa 3:
Después del daño, no se puede volver atrás, pero sí se puede construir hacia adelante; No se trata de perdonar y olvidar. Se trata de reescribir juntos un Relato Común
Este es el momento de preguntarse:
¿qué historia queremos contar ahora?.
Después de reconocer el punto de quiebre y reencontrar las emociones que aún los unen, llega el momento más potente del proceso:
Reescribir, no para borrar el pasado, sino para resignificarlo. No para fingir que no dolió, sino para transformar lo que dolió en una narrativa que una… en vez de separar, volver a ser equipo una vez más.
Más que hacer las paces, es volver a ser un nosotros; reescribir el relato común no es un acto simbólico.
Es una elección valiente. Una práctica emocional. Consiste en dejar de mirarse como enemigos heridos y empezar a verse como compañeros de camino.
Cada uno con su verdad, sí. Pero ahora con un deseo compartido: crear una historia donde ambos se sientan reconocidos y valorados.
Y no se queda solo en palabras. A veces implica tomar decisiones nuevas, pedir perdón, cambiar rutinas. Y a veces, para reescribir sin repetir… hace falta alguien que sepa acompañar esa nueva narrativa.
Este es el momento donde lo emocional y lo práctico se dan la mano.
No desde el olvido.
Sino desde la elección consciente de convertir la experiencia en crecimiento.
Una historia más amplia. Más honesta. Más auténtica.
Una historia donde ambos se vuelvan a encontrar.
Un buen relato común no es una versión edulcorada del pasado.
Es una narrativa que reconoce lo vivido y le da un sentido que sana.
Es mirar las heridas y decir: Esto nos pasó, pero también nos pasó esto otro, lo que elegimos construir desde aquí. Y desde ahí, volverse a elegir.
Pregúntate:
¿Qué sentido quiero darle a lo que nos pasó?
En esta etapa es importante:
· Dejar atrás las versiones enfrentadas
· Crear un relato compartido con un lenguaje nuevo
· Redefinir lo que significa ser pareja hoy
· Imaginar el futuro sin repetir el pasado
Etapa 4:
Hablarlo no alcanza. Reescribirlo tampoco, si no lo encarnamos.
El nuevo relato necesita hábitos que lo sostengan.
Pequeños gestos. Nuevas palabras.
Rituales cotidianos que refuercen lo construido.
Amar también es darse cuenta de cuándo estamos cayendo en lo de siempre, y de qué podemos hacer distinto.
Es tener un lenguaje común que nos recuerde quiénes decidimos ser como pareja.
Aquí no buscamos perfección,
sino coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Y si sostener ese nuevo nosotros en lo cotidiano se vuelve difícil, no tienen que hacerlo solos.
Pregúntate:
¿Qué patrones necesitamos dejar atrás?
¿Cómo nos recordamos que seguimos siendo un equipo?
En esta etapa es importante:
· Cortar dinámicas que reactivan el conflicto
· Crear nuevas rutinas emocionales
· Sostener el relato común con acciones concretas
· Reforzar el sentido de pertenencia
¡Queremos volver a ser equipo!
Muchas parejas llegan frustradas por procesos anteriores que sólo removieron el dolor… sin integrarlo.
Porque hablar sin un método o narrativa emocional que contenga lo vivido no calma: muchas veces duele más.
El Método del Relato Común ofrece una hoja de ruta clara.
Un proceso con sentido, estructura y etapas definidas.
No solo para entenderse, sino para volver a ser equipo.
No se enfoca solo en los problemas, se enfoca en la historia emocional que los sostiene, y propone un camino claro y estructurado, con principio y fin.
TERAPIA DE PAREJA
CONVENCIONAL
Se enfoca en hablar de los problemas
Conversaciones sin rumbo o estructura
Repite las mismas historias dolorosas sin fin claro
A menudo se buscan culpables o víctimas
El proceso se vuelve largo y confuso
MÉTODO DEL RELATO COMÚN
Se enfoca en resignificar lo que los separa
Proceso con etapas claras y propósito definido
Construye una nueva narrativa que une y libera
No busca culpables, buscamos sentido
El camino tiene principio, desarrollo y cierre
Porque no se trata solo de resolver un problema. Se trata de cambiar la historia que lo sostiene.
Aún se aman, pero cada conversación termina alejándolos más.
Se cansaron de discutir por lo mismo… y sentir que nada cambia.
Quieren dejar de improvisar soluciones y empezar un camino claro para reencontrarse.
Intuyen que el conflicto no es el final… sino la señal de que es hora de contarse distinto.
Si algo de lo que leíste se parece, aunque sea un poco, a lo que están viviendo, no es casual que hayas llegado hasta acá.
No tengo respuestas mágicas, pero sí un camino distinto para empezar: Una conversación que no lastime.
Un espacio donde cada emoción tenga lugar.
Un mapa para dejar de perderse en lo mismo, una y otra vez.
Eso es lo que trabajamos juntos.
Si sientes que este puede ser ese momento… puedes agendar una sesión de claridad ahora.
No para volver al pasado, sino para empezar a escribir una historia distinta.
¡Queremos volver a ser equipo!
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